Acts 16:12-40

12y de allí a Filipos a, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia b, una colonia romana c; en esta ciudad nos quedamos por varios días. 13Y en el día de reposo d salimos fuera de la puerta, a la orilla de un río, donde pensábamos que habría un lugar de oración; nos sentamos y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido. 14Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira e, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios f; y el Señor abrió su corazón
Lit., cuyo corazón el Señor abrió
,
h para que recibiera lo que Pablo decía.
15Cuando ella y su familia
Lit., casa
,
j se bautizaron, nos rogó, diciendo: Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid a mi casa y quedaos en ella. Y nos persuadió a ir.

Conversión de la muchacha adivina

16Y sucedió que mientras íbamos al lugar de oración k, nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación l, la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando. 17Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo m, quienes os proclaman el
Lit., un
camino de salvación.
18Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: ¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella! Y salió en aquel mismo momento
Lit., aquella misma hora
,
p.

19Pero cuando sus amos vieron que se les había ido
Lit., que había salido
la esperanza de su ganancia r, prendieron a Pablo y a Silas s, y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades t;
20y después de haberlos presentado a los magistrados superiores, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar u, puesto que somos romanos v. 22La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que los azotaran con varas w. 23Y después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero x que los guardara con seguridad; 24el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo y.

Conversión del carcelero

25Como a medianoche, Pablo y Silas z oraban y cantaban aa himnos a Dios, y los presos los escuchaban. 26De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos ab; al instante se abrieron todas las puertas ac y las cadenas de todos se soltaron ad. 27Al despertar el carcelero ae y ver abiertas todas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se iba a matar af, creyendo que los prisioneros se habían escapado. 28Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante Pablo y Silas ag, 30y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer ah para ser salvo? 31Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo ai, tú y toda tu casa aj. 32Y le hablaron la palabra del Señor
Algunos mss. antiguos dicen: de Dios
a él y a todos los que estaban en su casa.
33Y él los tomó en aquella misma hora de la noche al, y les lavó las heridas; enseguida fue bautizado, él y todos los suyos. 34Llevándolos a su hogar, les dio de comer
Lit., les puso la mesa
, y se regocijó grandemente por haber creído en Dios con todos los suyos
O, con toda su familia
,
ao.

Vindicación de Pablo y Silas

35Cuando se hizo de día, los magistrados superiores enviaron a sus oficiales, diciendo: Suelta a esos hombres. 36El carcelero ap comunicó a Pablo estas palabras, diciendo: Los magistrados superiores han dado orden de que se os suelte. Así que, salid ahora e id en paz aq. 37Mas Pablo les dijo: Aunque somos ciudadanos
Lit., hombres
romanos as, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos.
38Y los oficiales informaron esto a los magistrados superiores, y al saber que eran romanos, tuvieron temor at. 39Entonces vinieron, y les suplicaron, y después de sacarlos, les rogaban que salieran de la ciudad au. 40Cuando salieron de la cárcel, fueron a casa de Lidia av, y al ver a los hermanos aw, los consolaron
O, exhortaron
y partieron.
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